La tierra sufre constantes cambios todo el tiempo, huracanes, sismos, tsunamis, deslaves, entre muchas otras, pero quizá uno de los fenómenos naturales que más nos ha fascinado y atemorizado, son las erupciones volcánicas. Aquellas explosiones de lava ardiendo, acompañadas de la ceniza que se puede esparcir a cientos de kilómetros a la redonda y espesas nubes de humo negro que cubren todo a su paso, pero por desgracia y como ocurre en la mayoría de estas catástrofes, siempre hay bajas que lamentar, humanas y animales. Tal es el caso del volcán Cumbre Vieja, en la Palma, España.
El pasado 19 de septiembre a las 14:01 la erupción más fuerte del 2021 comenzó muy cerca del paraje de Cabeza de Vaca, por el municipio de El Paso en la isla española La Palma. Aunque las autoridades habían reportado gran cantidad de sismos de magnitudes pequeñas previa a la erupción, optaron por evacuar a las comunidades cercanas, nos encantaría decir que los animales fueron puestos a salvo con éxito, pero por desgracia algunos de estos fueron abandonados, aunque no por voluntad. Este fue el caso de un cazador de 70 años que se hallaba cerca del volcán cuando este explotó. La Guardia Civil lo obligó a salir de la zona sin los animales y fue reacomodado. Por esta razón los perros tuvieron que regresar a casa guiándose por su olfato e instinto. Cuando un equipo de drones fue utilizado para ubicar a los animales, lograron hallarlos cerca de un estanque rodeados de la lava. Los equipos se movilizaron para rescatarlos y luego de horas de incertidumbre se pudo saber que los animalitos habían sido asegurados
“Los animales están bien por lo que me cuentan y la mayoría de ellos están identificados”, comentó Sergio Torres, director general del ente oficial Derechos Animales, a la agencia ‘EFE’.
Según el funcionario la llamada de un anónimo alertó a los veterinarios sobre la situación de los animales y ello provocó la movilización de equipos de rescate. Aunque el volcán ha durado meses en erupción, algunos animales salvajes se han adaptado entre la tempestad, pues se ha notificado que han avistado a varios cuervos, ratones de campo y entre otros, buscar alimento entre las cenizas de la tierra que alguna vez rebosaba de verde y vida. No es para entristecernos, pues son cambios naturales del planeta y poco a poco ese terreno volverá a florecer, esperando que todos puedan volver a la normalidad.
Por Alan Martínez
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