Esto ocurrió en el Centro de Conservación y Rehabilitación de Animales Silvestres de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, en Brasil. El animal había sido atropellado por un carro y los médicos del lugar lo cuidaron hasta que se recuperó, pero no tenían claro de qué animal se trataba. Sus orejas eran largas y su pelaje negro, siendo diferente a todo lo que conocían.
Tiempo después las muestras de ADN revelaron que se trataba de un híbrido, es decir; nacido de dos especies diferentes. Se cree que el padre era un perro doméstico y la madre un zorro de la Pampas. El análisis de ADN encontró los marcadores genéticos de ambas especies en esta hembra: tenía 76 cromosomas, en comparación con los 78 de los perros y los 74 de los zorros de las pampas. Siendo un híbrido se le reconoce como especie nueva. Se sabe que sus padres son de especies lejanas, aunque pertenezcan a los Canidaes, provocando que sea muy inusual este clase de eventos, y a su vez que no tengan descendencia viable.
Su forma física es más parecida a la de un zorro de gran tamaño, pero con cara de perro. Sus ojos eran grandes y redondos, en comparación con los ojos rasgados de los zorros; también tenía un hocico más redondo y una nariz más grande que un zorro, dándole un curioso aspecto de cachorro crecido.
“Era un animal asombroso, un híbrido auténtico entre un zorro de las pampas y un perro”, declaró al diario británico The Telegraph Flávia Ferrari, la conservacionista que trabajó con la hembra durante su recuperación. “Tenía una personalidad tímida y cautelosa, y generalmente prefería mantenerse alejada de la gente. Durante el tiempo que estuvo hospitalizada para recibir tratamiento, creo que empezó a sentirse más segura”.
Lamentablemente el animalito falleció en este año por causas desconocidas y aunque será estudiada a fondo, se cree que pueda haber más como ella en las zonas rurales que poco a poco son absorbidas por las gandes urbes.
Por Alan Martínez
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