A raíz de que se dio a conocer el mensaje de la campaña Save Ralph, muchas personas e industrias retomaron la problemática del maltrato animal dentro de los laboratorios de pruebas para productos de belleza como un asunto que se tenía que resolver. El llamado de atención se diseminó entre gobiernos, industrias y consumidores, que optaron por cambiar sus legislaciones, sus métodos de testeo o sus hábitos de consumo, según fue el caso, por lo que podemos decir que el resultado de mostrar la vida del conejito blanco Ralph (ver aquí) tuvo un gran impacto para muchos.
Tras esto, México se convirtió en el primer país de América del Norte en prohibir el uso de animales en la industria cosmética, (en América Latina, Colombia fue el primero en avalar esta medida). Mediante un dictamen que prohíbe pruebas de productos cosméticos en animales, la Cámara de Diputados ratificó, con 442 votos a favor y uno en contra. La reforma a la Ley General de Salud indica que no se puede fabricar, importar y comercializar productos cuando no sean libres de crueldad animal. La sanciones al incumplimiento de la ley van desde el retiro del producto del mercado y multas de 1.3 a 1.7 millones de pesos, hasta penas carcelarias de dos a siete años.
Aunque esto es un avance, aún falta mucho por hacer, aún así por ahora México se lleva las palmas.
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