Entrevista con María Mondragón Tintor

María Elena Mondragón Tintor es licenciada en Química de Alimentos y maestra en Filosofía de la Ciencia. Es profesora de Ciencia y Sociedad en la Facultad de Química de la UNAM. Disfruta mucho de aprender filosofía, contemplar la naturaleza y tomar el sol. Sueña con mundo donde todas y todos podamos vivir con tranquilidad.

En Dehuella en huella tuvimos la oportunidad de entrevistarla y muchas de sus respuestas son una gran lección de vida e inspiración para todos aquellos que se preocupan por el cuidado del medio ambiente. Así comenzamos esta nueva sección a la que llamaremos Huella sustentable.

¿Qué es lo que te llevó a querer estudiar tanto tu licenciatura como tu maestría?

Desde que era muy pequeña me gustaba la ciencia. Recuerdo que cuando iba a la primaria y a la secundaria mis materias favoritas siempre eran ciencias naturales, biología y química. Por eso no me fue muy difícil elegir mi carrera, porque pensaba que debía escoger algo que ya sabía que me gustaba estudiar y conocer. En aquel entonces no pensaba mucho en la relación entre la ciencia y la sociedad, pero conforme estudiaba mi carrera me iba haciendo consciente de muchos problemas sociales como la desigualdad o la contaminación ambiental. Me di cuenta de que en muchos de ellos la ciencia y la tecnología estaban presentes de alguna forma. A partir de ahí comenzó mi interés por conocer con profundidad cómo se relacionaba la ciencia con estos problemas sociales. Me puse a investigar y descubrí el Posgrado en Filosofía de la Ciencia de la UNAM y, en particular, encontré que tiene un área de especialización denominada Estudios Filosóficos y Sociales sobre Ciencia y Tecnología, a la cual decidí ingresar. Por todo esto también quise dar clases de Ciencia y Sociedad. Me parece muy importante compartir con las y los estudiantes que la ciencia no sólo se trata de fórmulas, ecuaciones y conceptos a veces difíciles de aprender. Cuando pensamos en ciencia también debemos pensar en qué es, por qué nos interesa producir conocimiento científico, a quién le va a servir o a perjudicar tal desarrollo científico y por qué.

¿Cómo consideras que has podido aportar para el cuidado del medio ambiente?

Con las acciones cotidianas. Por ejemplo, evitar desperdiciar agua y hacer lo posible por emplear recipientes y cubiertos que no sean desechables. También es muy importante reducir nuestro consumo de carne porque su producción contribuye sustancialmente al Cambio Climático. La producción de carne requiere, además, de deforestar grandes áreas de bosques y selvas con el fin de tener espacio de cultivo para alimentar al ganado. Por esto, es importante que en la medida de lo posible procuremos tener una dieta diversificada con alimentos que se producen localmente, ya que su impacto ambiental es menor que el de los productos industriales.

¿Cuáles son algunos de los productos químicos más agresivos para el medio ambiente que podrías mencionarnos?

Los agroquímicos son sustancias muy nocivas para el medio ambiente. Estas sustancias químicas se utilizan en la agricultura industrializada y pueden acumularse en los suelos, llegar a cuerpos de agua y afectar a la vegetación y la fauna de alguna región. Su presencia en el ambiente también ha afectado a muchos insectos que son fundamentales para la polinización de las plantas. Además, algunas de estas sustancias se pueden acumular en el cuerpo humano. Hay un agroquímico llamado glifosato que está clasificado por la Organización Mundial de la Salud como probable cancerígeno y que ha sido encontrado en muestras de orina de niños y adolescentes de nuestro país.

Otros compuestos químicos muy nocivos son los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano que son producidos principalmente por la quema de combustibles fósiles. El problema con estos gases es que se han emitido al ambiente de manera excesiva desde la Revolución Industrial en el siglo XVIII, ocasionando un incremento en la temperatura del planeta y con ello dando lugar al Cambio Climático. Este fenómeno conlleva grandes alteraciones en el ambiente con efectos sociales muy importantes.

¿Crees que es posible un futuro medioambiental más sostenible?

Claro que sí es posible. Para lograr o al menos acercarnos a la sustentabilidad es vital entender que ésta se encuentra conformada por la interrelación de tres dimensiones: la ambiental, la social y la económica. Una actividad será sustentable si estas tres dimensiones se relacionan de manera positiva. Uno de los principales problemas es que a lo largo de los años se le ha dado mucho peso a la dimensión económica, sin que esto signifique necesariamente un beneficio social o un impacto positivo para el ambiente. Todo lo contrario, muchos consideran que estamos viviendo una crisis ambiental global y el ejemplo más actual es la pandemia Covid-19.

También es importante comentar que muchas comunidades indígenas tienen conocimientos y prácticas tradicionales que están asociadas con la conservación sostenible de la naturaleza. Por ello, creo que el futuro sustentable será posible cuando se procure la protección de estos saberes milenarios, y cuando se prioricen estrategias económicas que efectivamente atiendan las necesidades sociales sin explotar a la naturaleza.

¿Qué acciones consideras que podrían ayudar a fomentar un pensamiento ético en la sociedad para que el medio ambiente deje de ser tan afectado como hasta el momento?

Podemos platicar con quienes nos rodean sobre la importancia de cuidar el ambiente. También buscar lecturas sobre el tema y compartirlas. Además, podemos ver películas, documentales o series que fomenten el conocimiento por la naturaleza. Los medios de comunicación como esta revista me parece que hacen una aportación muy valiosa para promover un pensamiento ético ambiental.

¿Qué consejos podrías darle a la gente para que reduzca el daño medioambiental en su día a día?

Analizar el impacto de sus actividades cotidianas. Si éstas producen muchos desperdicios entonces busquemos si hay otra forma de realizarlas sin generar tanto desperdicio. Ejemplos al respecto podrían ser reemplazar las pilas convencionales por recargables, cambiar ciertos productos que vienen en envases de plástico por otros que no los tengan y evitar los desechables. A veces esto es muy difícil porque estamos llenos de plástico por todos lados, pero creo que podemos hacer el intento y por mínimo que parezca estaremos aportando algo.

También es importante que analicemos si podemos emplear menos agua en nuestras actividades diarias como bañarnos y lavar los trastes, reutilizar o reciclar algo, aprovechar más la luz del día en lugar de la energía eléctrica, caminar en lugar de usar el auto o comer menos carne y consumir productos locales. Hay muchas actividades que pueden reducir el daño ambiental, pero creo que hacer más ciertas cosas que otras dependen de las necesidades y posibilidades de cada quien.

Además de estas acciones, considero de suma importancia reflexionar acerca de cómo concebimos a la naturaleza y al resto de los seres vivos. Como sociedad debemos dejar de pensar al medio ambiente como un conjunto de recursos naturales disponibles para su explotación o como mero atractivo turístico. En su lugar, podemos apreciar, valorar y cuidar a la naturaleza por el sólo hecho de existir independientemente del beneficio que podamos obtener de su utilización.

Algún comentario que quieras agregar

Pienso que todas y todos nos encontramos en espacios con problemáticas distintas y con procesos de vida también distintos. Por ello, opino que es muy importante que nos hagamos el hábito de analizar lo que está en nuestras manos hacer en donde sea que nos desarrollemos: la casa, el trabajo, la calle. Como ya he comentado, por mínimo que parezca estaremos aportando algo y eso es muy valioso.