Es cierto que algunos mishis no son muy… cariñosos con sus dueños, quizá porque se creen los dueños del mundo (y lo son hasta cierto punto), pero ellos tienen su peculiar forma de querer y demostrarlo. A lo largo del tiempo, los animales se han transformado de seres que veíamos lejanamente a ser compañeros inseparables. Historias para describir su lealtad y su valor abundan en el mundo, pero son pocas o no muy conocidas las que cuentan como algunos de ellos parecen tener tanta suerte que no es normal para nosotros. Los gatos no son cercanos al agua y mucho menos pensaríamos que alguno podría haber navegado en un buque de guerra, ¡Pues que actitud amigo! Conoce la historia del Insumergible Sam.
Era ya la Segunda Guerra mundial y los alemanes e ingleses surcaban los vastos mares. Sam era un gato de blanco y negro que había pertenecido a un miembro desconocido de la tripulación del acorazado alemán Bismack. Se encontraba abordo el 18 de mayo de 1941 cuando el barco zarpó a su primera y última misión; (irónicamente) ya que fue hundido en una feroz batalla naval el 27 de mayo, de la que solo sobrevivieron 118 hombres de 2,200. Sam fue encontrado por el destructor británico HMS Cossack, flotando sobre un pedazo de madera, ahí fue rescatado y bautizado con el nombre de Sam. Una vez allí, sirvió durante los siguientes meses, ya que el barco tenía misiones de escolta en el mediterráneo, acompañando a otros acorazados de mayor importancia en las travesías de los mares que ahora eran gobernados por las dos potencias en guerra; pero el 24 de octubre el barco escoltaba un convoy de Gibraltar a Reino Unido cuando fue dañado por un torpedo del submarino alemán U-563, el cual había evadido muy bien los radares enemigos. La tripulación fue llevada al HMS Legión; a pesar de que intentaron remolcar el Cossack, éste se hundió y Sam fue llevado a las costas de Gibraltar.
Ya apodado como el Insumergible Sam, el gato fue transferido al HMS Ark Royal que irónicamente había participado en el hundimiento del Bismack (primer barco de SAM) aunque la suerte no estaba de su lado, (podría decirse que no le habría ido bien en los juegos del hambre) ya que el 14 de noviembre de 1941, el barco fue torpedeado por el U-81. El porta aviones se hundió con lentitud y gracias a esto, Sam pudo ser rescatado aferrándose a una tabla de nuevo, y descrito como “enojado, pero ileso”, fue transferido al HMS Lightning y después al HMS Legion, el cual lo rescatara del Cossasck; sin embargo, el Legion fue hundido en 1942 y el Lightning en 1943.
Tras estos eventos, la carrera naval de Sam llegó a su fin y por suerte fue retirado del servicio, primero a las oficinas del Gobernador en Gibraltar y posteriormente devuelto al Reino Unido, donde pasó el resto de la guerra en casa de un marinero en Belfast. El Insumergible Sam, murió en 1955 en paz y armonía.
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