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EL GATO NEGRO Y EL RENO

Actualizado: 27 nov 2022

Técnicamente se ha ido el año, pues estamos en la recta final con los meses de noviembre y diciembre. Un año que para muchos pudo haber sido uno de los mejores desde el inicio de la pandemia y para otros…uno de perdida, al menos para nosotros así fue, pues en estas fechas recordamos también a nuestro amado Yolo, que partió a las tierras inmortales a principios de calendario. Pero, aquí hablaremos de dos animales que representan dos temporadas muy esperadas durante el año: El gato negro y el reno. En la primera parte de esta portada les platicaremos del gato negro; un minino que ha sido estigmatizado por creencias absurdas. En la segunda hablaremos del reno, aquel imponente ser que acompaña a Santa Claus para llevar sus regalos por todo el mundo y que en la naturaleza luce aún más hermoso.



EL GATO NEGRO

Es un michi como el resto que hay: juguetón, dormilón, gruñón, curioso e incluso medio demente como los demás y sin embargo aún en nuestros días es visto como un augurio de mala suerte, pero ¿por qué sigue esta creencia todavía? La respuesta, aunque jamás la entenderemos, nos remonta a más de mil años en el tiempo, entonces los antiguos egipcios relacionaban a este animal con el luto, sin embargo no era algo malo para ellos, los gatos eran sumamente queridos y adorados, incluso una de sus diosas, Bastet, era representada con cuerpo de humano y cabeza de gato negro, por lo que estos felinos eran más que queridos en el antiguo Egipto.

Por otro lado en la mitología celta existía una leyenda sobre una criatura llamada Gato Sìth. Se decía que el Gato Sìth se parecía a un gran gato negro con una mancha blanca en el pecho. La leyenda dice que el Gato Sìth podía robar el alma de una persona antes de que los dioses pudieran reclamarla, pasando por encima de un cadáver antes del entierro. Por eso, las personas hacían turnos para mantener a la criatura mítica alejada de los cadáveres. Estas creencias fueron conocidas por los cristianos, quienes no vieron con buenos ojos a los gatitos negros. En la Edad Media en Europa, los gatos negros y en general los gatos de cualquier color a menudo se asociaron con las brujas, este fue uno de los periodos más difíciles para ellos, así como durante la Modernidad, periodo en el que se dieron las mayores persecuciones de brujas (y no en la Edad Media como muchos creen). Aún así, en los últimos siglos de La edad Media se redactaron varios documentos que asociaron a los inocentes felinos con brujería. El simple hecho de que alguien poseyera uno de estos felinos hacía que fueran asociados con brujería o actos malignos. Un ejemplo fue una bula redactada en el siglo XIII: “todas las personas que acojan un gato negro bajo su techo corren el riesgo de ser condenadas a la hoguera," según reza la bula “Rex in rama”. Claro que había, sin embargo, excepciones a esta regla: los gatos que lucieran en su pecho el llamado “dedo de Dios” (un mechón de pelos blancos) eran los únicos en librarse de ser masacrados.


Todo esto no favoreció a los mininos y hoy en día en diferentes partes del mundo se sigue creyendo que al cruzártelos en tu camino te acarrearán mala suerte, así como pisarle la cola a un gato negro (claro que, esto es evidente, pues cualquier animal reacciona al ser pisado). Aunque algo curioso y para bien de esta pequeña pantera (como muchos los llaman de cariño) son bien recibidos en Inglaterra (lugar de donde es un gato callejero llamado Bob), pues se afirma que, si este animal se cruza frente a unos novios, les llevará buena fortuna y fertilidad, al contrario del gato blanco que es visto como mal augurio. En los cuentos y leyendas medievales y del folclor de las brujas, este animal es representado como su fiel compañero y puente de conexión entre el mal, pero nada más alejado de la realidad, pues hoy en día sabemos que son animales hermosos, curiosos y puros como el resto de su raza. Uno de los más famosos es quizás el gato Salem de la popular serie Sabrina la Bruja Adolescente que con sus graciosos e incoherentes frases hizo reír a muchas personas, así como owl kitty un gato que es el protagonista en increíbles videos editados como si él hubiera estado en las películas más famosas.



EL RENO

Fiel acompañante del viejo panzón que viste de rojo y trae felicidad a millones de niños en "todo" el planeta. De gran tamaño e imponente figura, capaz de volar (en el mito de la historia fantástica) y surcar los cielos a una velocidad que supera la de la imaginación. En esta parte hablaremos de los renos, tanto los acompañantes de Santa Claus, como los de la naturaleza.

La idea de los ocho primeros renos surge de la antigua leyenda de la mitología escandinava, sobre el dios Odín, quien montaba un caballo de ocho patas, llamado Sleipnir y cuya historia inspiraría el cuento. En sus orígenes, un caballo blanco alado llamado Amerigo, era el encargado de llevar a San Nicolas y a un ayudante llamado Pedro El Negro; sin embargo, tanto el caballo como el ayudante posteriormente desaparecían de la tradición anglosajona o con el tiempo se fusionarían. No se conoce como tal la historia de los ocho renos sino hasta 1807, en el poema A visit From St Nicholas del escritor inglés Clement Clarke Moore.



En su poema Clarke describe a un santa muy diferente a la imagen que tenemos en la actualidad; este era más bien un hombre delgado parecido más a un gnomo que entraba por las chimeneas de los hogares a dejar regalos para los niños bien portados. Viajaba en su trineo que volaba y era jalado por ocho imponentes y majestuosos renos. Solo bastó un párrafo así para crear el mito de los mágicos ayudantes.


EN EL MUNDO REAL

Su nombre científico es Rangifer Tarandus. Viven principalmente en Canadá, Rusia, Groenlandia y Alaska. Aunque fueron introducidos en Escocia luego de haberse extinto ahí por la caza. El peso de la hembra es entre los 60 y 170 kilogramos y el tamaño puede ser de 100 cm, mientras que el macho puede llegar a pesar los 300 kg y medir más de 140 cm. Ambos sexos poseen las llamadas astas, su gruesa capa de pelo los protege en los inviernos y mudan este durante el verano, las pesuñas anchas y regordetas les facilitan el andar en la nieve y evitar que se hundan en la misma. Viven en manadas, donde se sienten más seguros y son guiados por un macho alfa. Algo que no se les conoce es su gran visión ultravioleta. El ojo del reno consigue ver hasta longitudes de onda de 350-320 nanómetros, sin que, aparentemente, esta capacidad les afecte.


En los seres humanos y en buena parte de los otros animales, la córnea y el cristalino impiden el pasaje de los rayos UV particularmente fuertes en las altas latitudes y en presencia de nieve. Estos rayos pueden afectar el ojo. A todo esto, se sabe que el reno ha sido domesticado en las regiones más frías donde habita, pues son útiles para carga y tirar de los trineos, además de ser una compañía grato en ambos bandos (humanos y animales).

Por Alan Martinez


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