Futurama fue una serie de Matt Groening, también creador de Los Simpsons. Ésta se ambienta en el futuro, se trata de la historia de un repartidor de pizzas que queda congelado y despierta en el año 3000, en el cual vive cómicas aventuras que vemos capítulo con capítulo. Sin embargo uno de los episodios más tristes y que resaltó por el tema que aborda, fue el de “Ladrido Jurásico”, en el cual un grupo de arqueólogos descubren restos de una antigua pizzería del siglo XX. Casualmente el lugar donde Fry, el protagonista, trabajaba; ahí hallaron los restos fósiles de un perro que él tuvo, de nombre Seymour. Conforme avanza el capítulo, Fry tiene flashbacks sobre la dulce convivencia que tuvo con aquel bello can, el cual lo esperaba fuera de la pizzería, para acompañarlo a sus entregas. Fry pide que hagan un clon de su viejo amigo, pero él puede ver en los datos de la computadora que el can falleció de quince años y por tanto que tuvo una vida plena, entendiendo así que su tiempo en la tierra ya había pasado. No obstante, en un último flashback podemos ver como Seymour pasó los últimos 12 años esperándolo en la puerta de la pizzería (a la cual Fry no volvió más tras quedar congelado), haciéndose cada vez más viejo, hasta cerrar sus ojos por última vez.
Sin duda alguna, el capítulo que más ha empatizado con los animales en esta serie y que está claramente influenciado por la historia de Hachikō, aquel perro que esperó a su humano por 9 años en la estación de un tren. Los animales nos dan nuevamente una lección del amor incondicional que pueden dar.
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