El basilisco es una de la criaturas mitológicas que en los últimos tiempos ha cobrado mayor fama debido a que ha hecho aparición en distintas películas, libros y series famosas en la actualidad. Se trata de una serpiente enorme, ultra venenosa que puede llegar a matar con la sola mirada. Esta criatura tan poderosa pertenece a la mitología griega, en la cual se le considera el rey de las serpientes, su nombre en griego βασιλίσκος basilískos, quiere decir «pequeño rey». Según Plinio, el Viejo, el basilisco era oriundo de Cirene, y no medía más de 20 dedos de longitud. Poseía una marca blanca en la cabeza que se asemeja a una diadema y su aliento marchitaba la flora del entorno, agrietaba las piedras y envenenaba el agua. Los únicos métodos seguros de matarlo eran con el canto del gallo o con el olor de una comadreja. Algunos bestiarios indican que el basilisco nacía de un huevo, puesto por un gallo de siete años de edad, incubado por un sapo durante nueve años.
Las culturas antiguas también dan una muestra de la creencia en este ser, los egipcios pensaban que nacía de los huevos del ave Ibis, también hay referencias a él en el antiguo testamento con la forma de una serpiente, sin embargo en la Edad Media pasó a ser un gallo de cuatro patas, plumas. amarillas, alas espinosas y cola de serpiente, su cabeza podía ser de gallo o de reptil. También existieron otras versiones del animal, algunas con escamas en lugar de plumas y con ocho patas. El basilisco también ha estado presente en el arte y en la literatura, en uno de los escritos de Francisco de Quevedo se alude a la criatura, y se hace mofa de su inexistencia. En Inodora Pereyra, Roberto Fontanosa describe una pelea entre este animal y su protagonista; así mismo lo vemos aparecer también en Harry Potter y la Cámara Secreta, de J. K. Rowling; en la novela de El hijo de Neptuno de Rick Rirordan y en el manga de Saint Seiya. Lo cual le ha dado un lugar importante en la cultura popular.
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