En el mes de Abril, De huella en huella cumple dos años de existir. Este proyecto nació a partir de una idea de dos jóvenes cuyo deseo era hacer un verdadero cambio en la concientización sobre la importancia de los animales, su cuidado y el del medio ambiente. Como creadores del proyecto nos enfocamos en difundir por medio de la escritura de diversos artículos en nuestra página web y en redes sociales y de algunos videos por nuestro canal de YouTube contenido sobre cultura, datos de animales que han dejado su huella en la historia, artículos sobre eventos importantes en el mundo de los animales y datos curiosos que animen a la gente a conocer más sobre el reino animal y el cuidado del medio ambiente y de esta manera fomentar su protección, aquí puedes conocer parte del trabajo que hemos realizado en video y de paso suscribirte, nos ayudaría mucho a continuar con este proyecto https://www.youtube.com/channel/UC7ZHqdPXEuuQDhsOje8n5jA
A lo largo de este tiempo hemos llegado a gran parte del mundo. Hemos traspasado las fronteras con el mensaje y el buen deseo ser la voz de muchos animales que ha podido llegar a muchas personas que los aman y empatizan con ellos. En esta labor de difundir un mensaje hemos decidido ir por vías diversas, con lo que logramos hacer proyectos distintos con la ahora marca De huella en huella. Uno de estos fue la difusión de parte del contenido de la revista a través de cromos encontrados dentro de cajitas que también contenían chocolates en forma de huella y que pretenden acercar y hacer notar la presencia de los animales en la vida diaria de cada persona que los consuma. Así mismo, en el mes de diciembre creamos un calendario de animales que tuviera las fechas más importantes del reino animal para fortalecer esa presencia de ellos en la vida cotididana de la persona que mes con mes fuera acompañándose por ellos.
Pero, se preguntarán ¿por qué hemos escogido a ese perrito en la portada y quién es él? Pues él es Yolo y aquí les presentamos su historia y porque será la imagen oficial de De huella en huella:
Recibir a un nuevo perrito en la familia después de haber perdido a otro que estuvo contigo durante muchos años algunas veces es difícil, el sufrimiento que provoca la pérdida de una mascota es algo que no queremos volver a repetir, sin embargo muchos perritos buscan un hogar y al mismo tiempo no entendemos que ellos son capaces de curar nuestras heridas y aunque nos rompen el corazón al partir de nuevo no podemos desampararlos.
Yolo nació alrededor del mes de mayo de 2014 y llegó a nuestro hogar el 5 de junio de ese mismo año, fue el elgido de entre la camada de varios perritos y perritas negros y blancos. Cuando tuvo la edad suficiente mi papá lo llevó a casa, era una sorpresa para la familia, pero antes de que pudiera mostrarlo salió por el fondo de la caja que se abrió por si misma, el perrito fue a dar al piso, por suerte la distancia era corta y no se lastimó, aunque no sería la última vez que se caería. Con ternura lo sujetamos, era pequeño y hermoso. Mi padre lo aseo y parecía un hot dog por el tamaño.
Quiero destacar que recién habíamos perdido a una perrita que llevaba 12 años en la familia, por lo que encariñarnos con un nuevo perrito era algo que no queríamos porque resultaría doloroso perderlo o que algo le sucediera, sin embargo no pasaron muchos días para que sintiérmos un apego por el perrito que jamás se terminaría.
Al poco tiempo de haber llegado, Yolo mordía todo lo que encontraba, hasta nuestros talones y era un pequeño latoso, sin embargo pasó algo que nos rompió el corazón y que no esperábamos, el pequeño cachorro cayó de una altura aproximada de un metro, se pegó en la cabeza y murió, lo levantamos desesperadamente, se había movido un poco después de caer, iba a llorar y después se quedó completamente inmovil y en silencio, había muerto, lloré y lloré, mi mamá tomó su pequeño cuerpo, no podía perderlo, no quería perder de nuevo a otro perrito, no de nuevo, y le pedí que hiciera algo, mi mamá le dio respiración de boca a hocico, y RCP que había aprendido de las películas, el cachorro volvió en sí, revivió aquel día, lo llevamos al veterinario y supimos que no queríamos perderlo nunca más, entró en nuestro corazón para ya nunca salir y creció como nunca, el pequeño cachorro se convirtió en un enorme y hermoso perro blanco que siempre nos recordará que aunque nos duela la pérdida de uno no debemos cerrar las puertas para recibir a otro perrito.
Actualmente tiene ocho años y queremos que viva mucho tiempo más, lo travieso y mordelón aún no se le quita, pero es muy amado y queremos que él sea el signo que nos recuerde que siempre pueden llegar nuevos amigos y que aún pueden volver para que los hagamos felices y sobre todo para hacernos felices a nosotros y curar las heridas de nuestros corazones. Ahora queremos que sea la imagen de nuestra revista, pues no sólo es hermoso y simpático, sino todo lo que alguien buscaría en un perrito.
Ahora sí, con esta historia celebramos nuestro segundo aniversario en De huella en huella.
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