Su nombre significa “Demonio del Pozo” En la mitología griega este gigantesco can de tres cabezas era el perro del dios Hades y su labor era evitar que los muertos salieran del inframundo y que los vivos entraran. Era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. En la mitología era visto como un guardián infalible y que jamás dejaba su puesto. Su imponente apariencia, de ojos amarillos, extremidades prominentes, un cuerpo de grandes proporciones, la cola en forma de serpiente y tres cabezas de perros, lo convertían en tema de miedo para los antiguos.
Según los mitos, nunca falló en su misión de resguardar el Inframundo, hasta que el mismo Hércules o Heracles como se le llama también, llegó para cumplir el último de los desafíos que tenía por delante. En varias versiones se indica que el héroe llegó y luchó contra esta bestia que yacía encadenada cerca de los grandes portales del tártaro, para llevárselo como trofeo y prueba de su reto superado; unas más, hablan sobre una conversación que tuvo con el dios Hades y éste le permitió llevarlo siempre y cuando no le hiciera daño al perro, y otras más, indican que simplemente llegó y le habló con gentileza, el perro al nunca ser tratado con cariño accedió a acompañarlo dócilmente. Sea cual fuese su razón o mitología, no hay duda de que esta criatura demuestra que los canes, aunque sean literarios, son guardianes y devotos a su misión e inclusive llegó a aparecer en la película animada de Hércules y en la primera película de Harry Potter, siendo la mascota de Hagrid que custodiaba la piedra filosofal.
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