El océano es vasto y misterioso, capaz de tragarse barcos enteros y continentes; conocemos más del espacio que de nuestros propios océanos, llenos de terrores inimaginables que sólo conocen quienes se han llegado a perder en sus aguas. Aquí les presentamos la increíble historia de Bella y Timothy Lyndsay Shaddock.
Todo comenzó cuando Timothy salió de La Paz, Baja California, en compañía de Bella una perrita callejera de pelaje liso y negro que decidió seguirlo a todas partes, metiéndose en su bote. Fue en abril cuando salieron de las costas mexicanas con destino a las Islas Polinesias, en Francia; sin embargo una gran tormenta dañó la embarcación y también los equipos electrónicos, evitando que lograran pedir rescate o continuar con su travesía.
Pese a todo esto y sin muchas posibilidades, ambos se hicieron compañía durante la agobiante situación, logrando sobrevivir por dos meses, ¡sí, dos meses en altamar!. Se alimentaban de pescado y agua de lluvia para mantenerse vivos, hasta que tuvieron la suerte de que un barco atunero logró avistar su pequeña embarcación a la deriva. Una vez rescatados fueron atendidos por el médico que se hallaba abordo y pese al largo tiempo, ambos se encontraban con una leve deshidratación y desnutrición.
“He pasado por un calvario en el mar. Sólo necesito descansar y comer bien porque he estado solo en el mar por mucho tiempo. Aparte de eso, estoy muy bien de salud”, dijo Shaddock.
Luego de ser rescatados y llevados a tierra firme, se informó que fue gracias a la compañía de Bella, que el hombre pudo sobrevivir, pues el apoyo moral que esta perrita le dio fue clave. Sin embargo, pese a que todo el mundo quería que éstos dos jamás se separaran, el final de este viaje no fue así, ya que Shaddock no pudo llevarse a Bella a su país natal.
"Es un animal increíble, estoy agradecido de que está viva, es mucho más valiente que yo", dijo tras llegar al puerto de Manzanillo (oeste) luego de su rescate.
Tuvo que regalarla al capitán porque su país le había negado los permisos para quedársela a falta de documentos, pero no sin antes despedirse y rogar que le hallaran un hogar que la amara y cuidara. Por fortuna la valiente perrita logró encontrar una familia que la adoptó. Aunque Shaddock mencionó lo siguiente:
“No es un adiós, es un hasta pronto, volveré para verte”, agregó en su relato.
Por Alan Martínez
Comments