Por:Lina Alcaraz
Este año nos dejó muchas lecciones de vida, nuevos panoramas y perspectivas, y sin importar la parte de la tierra en la que nos encontráramos, nos dimos cuenta de que el mundo no nos pertenece, desde Nara hasta México, pasando por Tailandia y Gales, la fauna se abrió paso en el mundo que le pertenece y que el ser humano ha tomado para sí.
Macacos en Tailandia
En varias ciudades solitarias, debido al confinamiento por el SARS-CoV-2, se vio pasear a distintos animales silvestres, algunos en busca de comida y otros simplemente añadiendo rutas distintas a sus recorridos en las ciudades solitarias. En Nara, Japón, los siervos comenzaron a tomar las calles, formando parte del paisaje a partir del aislamiento de los humanos.
Siervos en Nara
En Tailandia se vieron cientos de monos macacos de cola blanca andando por las calles y ocupando edificios abandonados. En España caminaban los pavorreales por las calles. En Gales, las cabras salvajes se dieron una vuelta por los poblados vacíos. Jabalíes, corzos, un puma en Chile, vacas en Nueva Delhi y un oso negro en Monterrey México, que incluso abraza a las transeúntes. Se vieron recorrer la calles vacías del mundo. Sin miedo, libres, curiosos por saber de esos ruidosos y en muchas ocasiones violentos seres humanos.
Cabras salvajes en Gales
No hay nada tan hermoso que nos haya dejado el 2020 que ver a los animales en libertad. Un llamado de atención para cobrar conciencia de que nos hemos adueñado de demasiado terreno en el mundo, terreno que no nos pertenece. En mucho tiempo no se volverán a ver imágenes como estas, esperemos que como seres humanos cambiemos en un futuro y aprendamos a respetar a la naturaleza con nuestra forma de vida, sin tanta contaminación, sin tanto ruido, sin tanta matanza de flora y de fauna, es un sueño, quizá, pero al menos tuvimos la oportunidad de ser advertidos, ahora la elección de cobrar conciencia es nuestra.
Más vacas en la ciudad de Nueva Delhi
Un puma en Chile
Oso negro que abraza en México
Pavorreales en España
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