¿Ya viene la Navidad verdad? Mucha gente piensa en regalar un perrito. Veamos ésta situación:

Por un momento imagina que eres un niño de 2 ó 3 años, estás en Navidad con tu familia, te abrazan, te cuidan, te llevan a pasear, te dan de comer, agua, leche, juegan contigo, te dan amor, eres feliz.
Pasan las semanas, creces de tamaño, ya no te ponen tanta atención ni te abrazan ni juegan contigo, escuchas unas palabras que no entiendes muy bien y luego te llevan a pasear, se detienen en un lugar diferente de donde siempre paseaban, se bajan a caminar y tú juegas feliz en el parque, luego volteas y te das cuenta de que tu familia va corriendo de regreso al auto. Corres detrás de ellos pero ellos ya arrancaron el auto y aceleran a toda velocidad. Tú corres detrás de ellos pero no los puedes alcanzar, se pierden en el horizonte…
¿Que habrá pasado? ¿Se les olvidó recogerte? Piensas: “Quizá al llegar a casa se den cuenta que falto yo y regresen por mi. Entonces lo mejor es esperar aquí en el mismo parque. Seguro ahorita se dan cuenta y regresan.”

“Ya pasaron varios días y aún no regresan ¿Les habrá pasado algo? ¿Estarán bien? yo tengo hambre, sed y no encuentro dónde dormir. La gente me espanta del parque, me tiran piedras, corro a la calle y los carros pasan muy velozmente al lado mío. ¡Tengo miedo! No aguanto el hambre, nadie me da de comer, pero algo huele en el bote de basura y voy a ver qué es, lo volteo e inmediatamente llega gente a correrme con palos y piedras…”
Imagina esa situación con un niño de 2 a 3 años Inaceptable, ¿verdad? ¿Te imaginas la angustia, miedo, desesperación de todos esos perros que son abandonados? Lo peor es que es un sufrimiento, un lamento que casi nadie escucha.

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