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Foto del escritorDe huella en huella

Balto, el perro héroe

Actualizado: 22 ago 2021

En la vastedad del tiempo y de la misma existencia del ser humano, la cual ha estado plagada de grandes historias y hazañas. Hay algunas que sobresalen, esto gracias a que los protagonistas no son solo humanos; sino animales, cuyas aventuras quedan impregnadas en la memoria del hombre para que puedan vivir en la eternidad.


Imagen de Balto como perro guía.


Tal es caso del famoso Balto que era un mestizo de Husky siberiano que nació en 1923, en Nome, un pueblo de Alaska. Aunque la raza era originaria de Rusia, muchos de los ejemplares fueron llevados al continente americano en 1905 para trabajar en el mushing (perros que tiraban de trineos), pues eran más resistentes y ligeros que los malamute de Alaska; sin embargo, muchos de estos animales vivían poco debido al clima y a la vida activa que tenían, por ello en la actualidad no hay muchos de esta especie. En aquella época eran muy populares las carreras de trineos halados por perros y las cuales podían abarcar hasta 657 kilómetros, siendo este un deporte por elite.

En 1925 el pueblo de Nome se vio afectado por la difteria —Una enfermedad bacteriana grave que puede ser mortal y que suele darse en niños pequeños— y las bajas temperaturas que rondaban los -30°C. En aquel entonces el pueblo no disponía de las vacunas para la enfermedad, por lo que se utilizó el telegrama para descubrir dónde podrían conseguir inyecciones. Las más cercanas se hallaban en la ciudad de Anchorage, cuya distancia oscilaba los 1000 kilómetros. Fue así que un grupo de 20 personas se comprometió a traer los insumos y se ayudarían de 100 perros de trineo para lograr el peligroso viaje y el escuadrón más destacado fue el de Gunner Kaassen en el que se encontraba Balto, el perro lobo (como le llamaba la mayoría del pueblo). En un sistema de relevos, los participantes y los canes soportaron fuertes vientos, pasos helados y zonas montañosas realmente complicadas.



Balto es considerado como perro héroe por salvar muchas vidas.


No se sabe con exactitud lo que pasó, algunas teorías formulan que el perro guía no lograba ubicarse o que se rompió una pata y Balto tomó el liderazgo, a pesar de que muchos no tenían fe en él. Fue así como en 5 dias el escuadrón B llegó a Nome con las vacunas y todos se asombraron de la inteligencia y determinación del perro que pudo hallar el camino y en mucho menos tiempo de lo esperado, salvando así a muchos niños.

Balto ya siendo una figura en el mundo pasó sus últimos años junto con los perros que lo acompañaron en la gran travesía en el zoológico de Cleveland (Ohio) donde vivió hasta cumplir los 14 años y después murió el 1 de marzo de 1933. Su cuerpo fue embalsamado y actualmente se encuentra en el Museo de Historia Natural de Cleveland. A partir de entonces, cada mes de marzo se celebra la carrera de perros polares de Iditarod, que recorre el trayecto de Anchorage a Nome, en memoria de la historia de Balto, el perro lobo que se convirtió en héroe.


Estatua de Balto en Central Park.

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